No es ni un saber, ni un conocimiento, sino una serie de principios que dan razón de la conducta del sujeto. Buena parte de la conciencia de la vida cotidiana se interpreta con principios o creencias internas provinientes de la cultura de la sociedad a la que pertenecen. Esa cultura suele contener una serie de afirmaciones de la naturaleza del mundo físico y de la vida, lo que no s impide saber cual es la concepción del mundo en esa sociedad.
Una concepción del mundo es lo de la filosofía sistemática que aunque fue desvancada por las ciencias positivas, quería ser un saber, un conocimiento ideal del mundo, con las positividad que ciencia. La causa principal de la pérdida de validez de la filosofía sistemática es la aparición del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna, un conocimiento caracterizado por su intersubjetividad y por su capacidad de posibilitar previsiones exactas.
El hecho de que las concepciones del mundo carezcan de conocimiento positivo es necesario y producido porque hay concepciones del mundo que tienen unas afirmaciones sobre cuestiones resueltas métodos del conocimiento positivista.
La concepción marxista del mundo
La concepción materialista y dialéctica del mundo pretende terminar con los factores idealizados en el comportamiento humano, de lo que surge una concepción explícita del mundo, que considera estos elementos como un saber superior al positivo, ya que esta ciencia se basa en las ciencias reales. Con esto lo que se quiere es explicitar la motivación de la ciencia, que es el principio de "inmanerismo" la explicación de los fenómenos en el mundo
El materialismo es uno de los dos principios fundamentales de "concepción comunista del mundo" y el de la dialéctica. Utiliza una metodología analítico-reductiva. Esta metodología elimina los factores irracionales de la explicación del mundo mediante una reducción analítica de las formaciones complejas de forma que el aspecto cualitativo pierde toda la relevancia, limitándose al manejo de relaciones cuantitativas o al menos vacías o formales.
Este análisis tiene éxito porque posibilita el planteamiento de nociones muy exactas. Con ese conocimiento se pierde una parte de lo concreto: la parte decisiva para la individualización de los objetos.
El campo de importancia del pensamiento dialéctico es precisamente el de las totalidades concretas.
La tarea de la dialéctica materialista consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materialistas del análisis reductivo concibiendo las cualidades que pierde en el análisis reductivo como el resultado nuevo de la estructuración de estas en la formación individual o concreto, en los "todos naturales".
El análisis marxista quiere entender la situación concreta sin postular más componentes que los resultantes del abstracción y la reducción.
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